Cuando llega la hora de limpiar con lejía por primera vez pueden surgir dudas, y es que la lejía es un producto con el que debemos tener cuidado a la hora de usarlo. Se caracteriza por su gran poder desinfectante, eficaz contra gérmenes, bacterias y demás microorganismos que pueden aparecer en las estancias de nuestra casa por las condiciones de humedad. Además, la lejía es un agente blanqueador muy útil para eliminar manchas resistentes o devolver la blancura a objetos, paredes y tejidos. Por tanto, es un producto muy útil dentro de nuestro hogar. Por eso vamos a explicarte cuándo y cómo usar la lejía ¡Atento!
- La estancia por excelencia donde más gérmenes se acumulan es el baño, por eso, limpiarlo con lejía es una de las mejores opciones. Puedes limpiar una vez a la semana con lejía y los demás días ir manteniendo el baño con productos menos fuertes, así te aseguras una limpieza profunda.
- La cocina es otro foco de gérmenes y bacterias debido al continuo uso de carnes y alimentos crudos. Por eso, la lejía será fundamental en esta estancia para eliminar estos restos y desinfectar las superficies que están más en contacto con estos productos.
- Los trapos y bayetas que usamos para la limpieza del hogar también acumulan bacterias, por eso, una vez a la semana, es recomendable que los metamos en un baño con agua y lejía y así los desinfectamos.
- Tienes que tener ciertos cuidados a la hora de utilizar la lejía como por ejemplo: nunca la mezcles con otros productos y menos con amoniaco, dilúyela siempre en agua fría y si puedes, utiliza guantes para no dañar tus manos.
Así que ya sabes cómo usar la lejía y cuándo, es hora de que te quites el miedo de usarla.