Hoy en día vemos las lavanderías y las vemos como algo muy normal. Ir a la lavandería no es nada raro para nosotros. Pero te has preguntado alguna vez ¿Cómo surgieron las lavanderías? La verdad que es una historia muy curiosa y por eso hoy te la vamos a contar ¡Sigue leyendo!
¿Qué había antes de las lavanderías?
Para conocer cómo surgieron las lavanderías hay que viajar en el tiempo y pensar en esas mujeres que iban a lavar la ropa al rio con el agua que corría. Allí se lavaba la ropa frotándola con las piedras y así se conseguía eliminar la suciedad. Se conseguía dejar la ropa limpia con mucho esfuerzo pero con un resultado más o menos aceptable para los medios con los que se contaba.
Las técnicas se fueron perfeccionando y se fueron inventando jabones a base de grasa animal con los que ya lavar era otro cantar. No fue hasta el siglo XVIII cuando empezamos a encontrar los primeros jabones modernos, elaborados con carbonato sódico.
¿Pero cuándo surgieron las lavanderías?
Pues bien, las primeras lavanderías o lavaderos como tal fueron los lavaderos comunitarios que desviaban los ríos hacia unas tinas gigantes donde todos los habitantes de los pueblos podían ir a lavar sus prendas. No obstante, la primera gran revolución llegó en el siglo XIX, cuando se empezaron a popularizar unas lavadoras rudimentarias realizadas con tinas de madera y accionadas con manivelas que permitían un lavado mucho más rápido y práctico de la ropa desde casa.
A partir de aquí las lavadoras fueron evolucionando mucho más rápido, llegando a la primera lavadora eléctrica a principios del siglo XX. Sin embargo, estas tenían un coste muy elevado al principio, lo que las hacía bastante inaccesible al público mayoritario, aunque si sirvieron en un primer momento para impulsar el negocio de lavandería para empresas y para uso doméstico pero de forma externa.
Así que como ves, las historias de las lavanderías es muy interesante y no fue cosas de pocos años, sino de muchos siglos.