A lo mejor no te habías detenido a reflexionar sobre ese detalle pero, como sabes, las sábanas de son blancas de manera habitual en la gran mayoría de los hoteles en los que has pernoctado. No es por capricho. Los hoteles buscan transmitir ciertos valores a sus clientes, entre otros la limpieza. La higiene, su presencia y su evocación es permanente en las fórmulas de ventas y una de las cuestiones más valoradas por los clientes respecto a las habitaciones de los hoteles. El trasiego de personas por la estancia debe caer en el olvido de manera automática en nuestra mente al entrar en ellas, y en esa tarea las sábanas blancas e inmaculadas juegan un gran papel.

Para que esto sea posible no solo es necesario que las sábanas parezcan limpias sino también que lo estén. Son textiles que se pueden lavar a mayor temperatura y permiten usar en su limpieza desinfectantes que ofrezcan unas sábanas totalmente higienizadas. Otra de las ventajas del blanco es que en él se detecta  con suma facilidad cualquier muestra de suciedad con los que los controles de seguridad de limpieza son más eficientes que en el caso de que las sábanas fueran de otro color.

Estamos ante un color imbatible a la hora de hacer llegar al cliente la calidad técnica que se le ofrece y que éste pueda apreciarla de un solo golpe de vista. Una habitación vestida de blanco es elegante y a la vez puede emanar lujo y sofisticación a la vez que esa pureza que se anda buscando transmitir. Pero además hay razones técnicas que a los establecimientos nos se les pasan inadvertidas y que repercuten en sus cuentas de sus resultados, hablamos de que es mucho más sencillo el cambio de piezas que con sábanas de color ya que reemplazar algo que se estropea no obliga a desechar el resto del juego de ropa de cama.